Cada vez es más frecuente observar a niños pequeños (y a veces incluso a bebés) tener contacto con dispositivos móviles. Las tecnologías suponen, desde el punto de vista del desarrollo, una oportunidad para avanzar pero también un riesgo para el retroceso o para ciertos peligros. Desde el primer contacto de los más pequeños con tablets, ordenadores, o los teléfonos de sus padres, estos aparatos transforman su realidad, su cerebro y sus capacidades. Si bien es cierto que hay cada vez más personas que consideran estas tecnologías como una buena manera de aumentar la estimulación de los niños en edades tempranas, también hay un número cada vez mayor de personas que dan la voz de alarma acerca de los peligro de su abuso. El diseño intuitivo de los dispositivos electrónicos así como la cantidad de actividades que pueden realizar en ellos, refuerza el deseo de los más pequeños por utilizarlos siempre que es posible. Esta situación puede llegar a convertirse en un problema muy serio si no les enseñamos a regular el tiempo y el uso de móviles y tablets, generando problemas de adicción a los mismos.
¿Qué es la adicción a la tecnología?
La dependencia o adicción es un problema que se caracteriza por la pérdida de control sobre una conducta que da origen a la aparición de diversas secuelas. Se suele definir clínicamente por tres factores: un patrón de uso problemático, un síndrome de abstinencia cuando no puede tenerlo, y una tolerancia que impulsa a hacer las dosis cada vez mayores. En el caso de las nuevas tecnologías, puede afirmarse que un niño es adicto cuando el tiempo que se invierte en ello interfiere en todos los ámbitos de su vida (familiar, escolar, social…).
Factores que predisponen a la adicción:
De acuerdo con especialistas, un niño es adicto a la Tablet debido a la combinación de múltiples factores, y de manera gradual (no “de golpe”). A continuación los describimos brevemente:
• Factores genéticos: en ocasiones, existe una vulnerabilidad genética y/o neurológica que puede aumentar el riesgo de desarrollar comportamientos adictivos.
• Entorno familiar: Factores como un mal funcionamiento familiar, problemas socioeconómicos, poca atención a los hijos, estilos educativos o desconocimiento de los peligros del abuso de las tecnologías pueden desencadenar comportamientos adictivos en los hijos.
• Acontecimientos difíciles: las situaciones de estrés o de crisis emocional durante la niñez pueden ser un escalón más hacia la dependencia tecnológica.
• Patología dual: en estos casos, la adicción digital es resultado de la presencia de otro problema, como pudiera ser un trastorno depresivo mayor, fobia social, o TDAH.
Los síntomas de la adicción tecnológica
Según el psicólogo Enrique Echeburúa, existen señales de alarma a las que podemos atender. Las describimos brevemente:
• Falta de sueño o patrones de sueño alterados.
• Descuida actividades importantes, como las relacionadas con la familia, la escuela o el cuidado de la salud.
• No puede limitar el tiempo de conexión. Además, no se muestra “saciado” o aumenta cada vez más el tiempo de uso.
• Miente sobre el tiempo que pasa usando los dispositivos electrónicos o los usa “a escondidas”.
• Se siente irritable o irascible cuando no puede tener acceso al dispositivo por largo tiempo.
¿Cómo prevenirlo?
Tal como hemos dicho anteriormente, es una quimera pensar que podemos evitar que los niños accedan a la tecnología. No podemos prohibir una cosa que está cada día más extendida; pero podemos trabajar y enseñar a nuestro hijo, exactamente igual que enseñamos y educamos sobre el resto de los aspectos de la vida. Es muy importante que tomemos en serio nuestro papel, y no lo relativicemos ni deleguemos nuestra responsabilidad. También es necesario que comencemos por hacer un análisis de nuestros propios patrones de uso: a veces los primeros que hacemos un uso excesivo de los móviles somos los padres, y los niños imitan lo que ven. Y siempre, usar el sentido común. A continuación os dejamos algunas recomendaciones:
• No es recomendable el uso de pantallas para niños menores de dos años, y en cualquier caso, debemos controlar una exposición gradual.
• Hay que establecer reglas claras y firmes sobre el uso y las horas frente a los dispositivos electrónicos.
• No prohibir el uso de la tablet en general, pero sí suprimirlo durante las reuniones familiares, comidas o cenas.
• Ubicarlo en un espacio común evitando el uso de la tablet en habitaciones con la puerta cerrada.
• Potenciar aficiones y actividades como la lectura, el deporte, actividades en equipo o en familia.
• Fomentar la comunicación en la familia
• Compartir tiempo entre padres e hijos mientras se maneje la tablet y funcionar como modelos a seguir.
• Evitar entretener a los niños o mantenerlos quietos con los dispositivos electrónicos. No son cuidadores.
En cualquier caso, si observas alguno de los factores anteriores o comportamientos que te preocupan, es fundamental que busques ayuda de un profesional.